Los frentistas ramenses señalaron a la comisario María Alejandra Castaño como otras de las responsables de la inseguridad que los asola. «No se ve ni un patrullero por las calles, esto es tierra de nadie», se quejaron.

 

 

En la masiva movilización para pedir justicia por María Rosa Daglio, la psicóloga social de 55 años que fue asesinada por un “motochorro” en la calle Belgrano al 300, los vecinos denunciaron que “Ramos Mejía es una zona liberada para los delincuentes” al tiempo que apuntaron contra la titular de la Comisaría Distrital Oeste Segunda, María Alejandra Castaño, como una de las responsables de la difícil situación en materia de inseguridad que los aqueja.

“Estamos trabajando toda la noche y, acá, la seguridad no existe. No se ve ni un patrullero por las calles, esto es tierra de nadie”, se quejó Orlando, taxista de profesión y vecino ramense que participó de la multitudinaria marcha, al tiempo que alarmó. “No podes estar tranquilo con una cartera en el hombro o un celular en la mano porque te matan para sacártelo. Las motos nos están cazando”.

«Yo me pregunto si la comisario ve las noticias, escucha la radio o lee los diarios. Ramos Mejía está todos los días en primera plana y siempre por temas vinculados a la inseguridad. Sé que los máximos responsables son los gobernantes políticos, pero desde la comisaría deberían hacer algo más para cuidarnos. Pagamos los impuestos mes a mes, entre otras cosas, para que nos brinden seguridad y para que no nos maten», remarcó Edith, otra ramense que formó parte de la manifestación.

Según denunció el titular de Vecinos en Alerta Ramos Mejía, Daniel Bracamonte, en la actualidad, la localidad solo cuenta con dos móviles policiales. “Ramos está dividida en once zonas por orden del Ministerio de Seguridad Provincial y, para todo ese radio, solo tiene dos patrulleros”.

“El gobierno provincial vive haciendo anuncios de que entregan patrulleros, pero particularmente en Ramos Mejía solo hay dos móviles. No tenemos un sistema de emergencias de salud, aunque pedimos incorporarnos al sistema SAME. Nuestra vecina murió esperando una ambulancia. Estar en esta marcha es una obligación, para apoyar a la familia y a los vecinos. No vamos a cesar en nuestro reclamo porque solo pedimos vivir en paz”, enfatizó Bracamonte.

A la deriva
En la misma línea se expreso Pilar Duhalde, la hija mayor de la psicóloga social asesinada por el “motochorro” Alejandro Miguel Ochoa, quien debía estar preso, pero salió de la cárcel por una decisión judicial y beneficiado por el contexto de la pandemia mundial de coronavirus. “Esta situación no da para más y está cada vez peor. La gente está muy cansada. Vas a la comisaría y te dicen que tienen sólo dos patrulleros, no se ve a nadie cuidándonos. Estamos totalmente desamparados, a la deriva”.

“Estamos tratando de sacar las últimas fuerzas que nos quedan. Basta de que nos maten, hasta cuándo vamos a seguir así, tenemos miedo. Tenemos que unirnos y pedir que el Estado pague; que paguen los jueces que me sacaron a mi mamá. Queremos que paguen todos los responsables. Esto no va a quedar así, esto recién comienza, no nos van a callar”, subrayó.

“No se puede vivir más así, con este miedo. La persona que asesinó a mi mamá tiene que pudrirse en la cárcel y le tienen que dar cadena perpetua. Ramos Mejía es tierra de nadie y zona liberada y no podemos seguir así. Hoy mataron a mi mamá, pero  mañana le puede tocar a cualquiera”, sentenció Hanna, otra de las hija de María Rosa Daglio.

 

Fuente : el1digital