Este medio conversó con algunas personas que fueron inoculadas contra el COVID-19 en la Escuela EP Nº 29, de Ramos Mejía, en el marco de la campaña bonaerense “Buenos Aires Vacunate”. Sus motivos y expectativas en torno a la vacunación.

Tres de las personas que concurrieron para ser inoculadas en la escuela primaria Nº 29 Sargento Cabral, ubicada en Oncativo 250, Ramos Mejía, uno de los 16 establecimientos educativos estatales ubicados en La Matanza en que se desarrolla la campaña provincial de vacunación “Buenos Aires Vacunate”, dialogaron el viernes con El1 Digital sobre sus motivos y expectativas en torno a la vacunación.

En primer lugar, cabe mencionar que la gran mayoría de las concurrentes que fueron ese día al establecimiento educativo, al menos en horas de la mañana, fueron mujeres. Y casi todas, además, personal de salud en sus diferentes ramas.

Evelin, de 25 años, vecina de Gregorio de Laferrere y madre de dos hijos, un nene de cinco años y una nena de un año, en la fila para ingresar, reflexionó: “Espero que esto sea para bien. Venimos para salir delante de todo esto que está pasando. Trabajo en un geriátrico, con personas mayores. Entonces, vine más que nada por ellos, a vacunarme. Por mi actividad, obviamente, sí o sí debemos vacunarnos todos”.

En relación a cómo gestionó su turno, repasó: “Me anoté, porque había dos opciones: anotarme, o esperar a que lleguen al trabajo. Y no quería esperar. Entonces, me anoté en la página, y enseguida me mandaron la solicitud”. “Por ahora, la campaña va muy bien. De los conocidos que tengo, bastantes ya se vacunaron”, agregó.

Gisela Martínez, vecina de San Justo, también antes de ingresar, analizó: “La mayor expectativa es, obviamente, bajar la mortalidad, y que el virus sea lo menos nocivo posible, que deje menos cantidad de secuelas, y concientizar al resto para que se puedan vacunar todos, es fundamental”.

“Soy acompañante terapéutico, y ya tuve COVID, en el mes de julio. Pasé por un montón de síntomas, que no están buenos, y dejan bastantes secuelas en el tiempo. A todos no nos llega de la misma manera, pero al estar en contacto con personas, uno lo que más quiere es evitar contagios”, reflexionó.

En lo referido a cómo transitó la enfermedad con su entorno familiar, Gisela detalló: “Tengo hijos. Por suerte tuve la posibilidad de aislarme sola en mi domicilio. Pero no todos tienen la misma posibilidad. Entonces, si hubiéramos estado todos, y no hubiera tenido esa posibilidad, hubiésemos sido cinco personas, que también hubieran contagiado. Tengo una nena con problemas neurológicos, así que hubo que tomar las medidas de precaución necesarias. Si uno toma medidas de precaución, no te contagias”.

“La campaña la veo bien. Tengo una hija que trabaja también en salud, en la parte de farmacia. Ellos se vacunaron en el Kilómetro 32, así que bien. Veo que está llegando a diferentes distritos, y que la gente se está vacunando”, señaló.

Marcela, por su parte, luego de ser inoculada, confió a este medio: “Soy técnica de laboratorio, hace 36 años que trabajo en salud. Vine a darme la vacuna, me citaron, todo muy bien organizado, las chicas un amor. Me hicieron la encuesta, si había tenido alguna enfermedad, si soy alérgica. Por suerte todo bien, quedé muy conforme y ya me vacuné. Ahora estoy esperando los 30 minutos que me pidieron, por las dudas de que haya alguna reacción. Así que hasta ahora todo bien, vacúnense”.

 

Fuente : el1digital