Limón y azúcar 

Esta alternativa es una de las clásicas y es altamente eficiente por las cualidades del azúcar. En un recipiente, mezclá una cucharada de jugo de limón, una de agua y una cucharada colmada de azúcar. Aplicalo sobre la piel limpia y masajeá durante 5 a 10 minutos. ⁣

No dejes reposar la preparación para que el azúcar no termine disolviéndose en el líquido. Evitá aplicarlo sobre lastimaduras o sobre áreas de la piel sensible porque, en esos casos, el limón puede irritar. Utilizado de manera adecuada, gracias a las propiedades del limón tu piel quedará muy suave y con un aspecto luminoso natural. .⁣

Avena y leche⁣

Esta opción es súper hidratante y perfecta para pieles sensibles. En un recipiente, colocá tres cucharadas de leche fría y una cucharada de avena. Revolvelo bien y llevalo a la heladera durante unos minutos para que esté bien fresco al momento de aplicarlo. Lo ideal es que la avena absorba la leche para que puedas esparcir la mezcla en el cutis sin inconvenientes.⁣

Cuando lo retires de la heladera, pasalo por tu rostro con movimientos suaves y circulares. Enjuagá con abundante agua fría.

Miel y canela

Mezclá en un recipiente dos cucharadas de miel y una cucharada de canela. Aplicalo sobre tu rostro limpio y dejá actuar la preparación en tu rostro durante unos minutos. ⁣

En este caso, debido a la textura de la miel, lo mejor es que lo retires con abundante agua tibia. Esta combinación es perfecta para pieles con muchas imperfecciones porque los gránulos de la miel hacen que sea una mascarilla casera exfoliante súper efectiva. ⁣

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