Se festeja cada 11 de diciembre en homenaje a Carlos Gardel y Julio De Caro, dos grandes exponentes del género.

Si bien no hay un momento determinado para escuchar, cantar o bailar un tango, el 11 de diciembre resulta ser una fecha especial, ya que se celebra el Día Nacional del Tango. La efeméride, aprobada por Decreto Nacional el 19 de diciembre de 1977, hace referencia al cumpleaños de los artistas Carlos Gardel y Julio De Caro, considerados los mayores exponentes de dos vertientes del género, y símbolo de la cultura nacional.

El origen del festejo se enmarca en una noche de 1965, cuando el compositor y productor artístico Ben Molar (Moisés Smolarchik Brenner) se dirigía a la casa del director de orquesta y compositor De Caro, para festejar su cumpleaños y, al salir, se dio cuenta de que el 11 de diciembre coincidían los cumpleaños de Julio y del cantante y compositor Gardel. Por lo tanto, Molar presentó a la Secretaria de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires la propuesta de declarar esa fecha como el Día Nacional del Tango en homenaje a ellos. Si bien contó con el apoyo de varios organismos asociados al ámbito, recién se estableció por Decreto Municipal el 29 de noviembre de 1977 y, al mes siguiente, a nivel nacional.

En primera persona

El tango es un género que se ha instalado en múltiples territorios alrededor del mundo y, a su vez, ha resistido el paso del tiempo, manifestándose a través de diferentes disciplinas, como la danza y el canto. Uno de los representantes del primer caso es el bailarín Leonel Mendieta, oriundo de Lomas del Mirador, quien ha desempeñado su talento en diferentes pistas de Buenos Aires, Nagoya, Tokio, Kobe, Osaka, Nürenberg, München y Hamburgo, entre otras ciudades.

«En lo personal, el tango es como mi familia, mis amigos y el fútbol. Asimismo, en lo profesional, representa la disciplina, el respeto y el entrenamiento para poder desarrollarlo de la mejor manera. Tuve la suerte de viajar por muchas partes del mundo y siempre lo hice con mucha entrega, tratando de dejar bien parado a mi país en cada lugar en el que me presentaba», señaló Mendieta en diálogo con El1 Digital.

Además, el artista matancero describió las particularidades de bailar tango: «Una de las más lindas es estar abrazado con otra persona, poder conectarse con ella y sentir lo que le está pasando. Otra característica importante es que reúne a gente de diferentes clases sociales en una misma pista».

Por otro lado, respecto a la transmisión del género desde la música, dos referentes indiscutibles son Susana Rinaldi, quien ha interpretado canciones como «Yuyo verde», «Tinta roja», «Naranjo en flor» y «A un semejante», y Adriana Varela, que ha puesto su voz a temas como «Con la frente marchita», «Como dos extraños», «Los mareados», «Niebla del Riachuelo» y «Garganta con arena».

«El tango es quien tiene la proverbial manera de arrimarse al fogón, y al fogón que corresponde. Es un género que, por sí mismo, sabe que va a seguir per saecuela saeculorum, no solamente porque los intérpretes queramos que así sea, sino porque lo que hace es contar la historia de la humanidad, y no se cuenta de una sola manera, sino que incluye muchas versiones», distinguió Rinaldi.

Por su parte, Varela expresó: «El tango es identidad. Por otro lado, tiene algo que reconocen hasta los músicos extranjeros, que es la dificultad. Se alucinan porque les parece algo fuera de este mundo, dado que es realmente difícil de tocar. Es decir, una cosa es tocarse un tango, y otra cosa es tocarse un tango y encontrarle el yeite. Hace no mucho, un filósofo francés dijo que el tango era lo único que nos quedaba, porque es aquello que preserva las pasiones. Y no hay dudas de que es así. En mi caso particular, siempre trato de meterme en la letra del poeta al momento de interpretar, y eso es lo que me permite que pueda expresarlo tal como lo siento».

Fuente: El1Digital