Sabemos que las alteraciones de la vía aérea superior (nariz, faringe y laringe) contribuye enormemente a desencadenar alteraciones de la vía aérea inferior (bronquios y pulmones), máxime cuando se presentan complicaciones infecciosas de dichas enfermedades. También es conocido que el asma comienza y se instala en un paciente alérgico con un proceso inflamatorio importante y durante el curso de una infección respiratoria. De allí que se suela decir que la enfermedad deriva de un resfrío «mal curado» o de una bronquitis «mal curada». En pediatría y alergia infantil se reconoce que los niños que con mucha frecuencia presentan cuadros de abundante secreción nasal mucosa o acuosa pueden ser divididos en dos grupos: los que presenta síntomas febriles y los que no. Del primer grupo hay que estudiar los casos en que dicha situación compromete la vía aérea inferior y muchas veces deriva en una bronquiolitis que requiere cuidados intensos y hasta internación ocasional. Cuando tienden a repetirse esos cuadros, es importante que se efectúen estudios para determinar si hay rasgos de tipo alérgico personales y familiares, porque podría llegar a derivar en un asma bronquial. También los que presentan secreción mucosa frecuente y sin cuadros febriles pueden tener un compromiso alérgico de la vía aérea superior y eso implica riego de llegar a padecer luego de un cuadro asmático crónico, tanto en la niñez como en la edad adulta.
En alergia e inmunología, a nivel mundial, se denomina MARCHA ALÉRGICA al proceso que comienza con un compromiso alérgico de la nariz y progresa complicando, de a poco, todo el resto de la vía aérea hasta instalarse en los bronquios y llegar al asma bronquial, ya que ahora se considera que se trata de «una sola vía aérea y una sola enfermedad» a todo el conjunto de trastornos alérgicos que pueden afectar al mismo individuo: rinitis y sinusitis, conjuntivitis. otitis, faringitis, laringitis, traqueitis v asma bronquial alérgica.
La mejor forma de evitar todo eso es comenzar temprano con estudios tendientes a establecer si existe una carga alérgica hereditaria en el niño y si existen en su hogar elementos que puedan influir en el desencadenamiento y en la permanencia de una o más enfermedades alérgicas. Es decir: es muy importante un estudio, diagnóstico y tratamiento tempranos para prevenir el desarrollo posterior de enfermedades alérgicas que afecten la vida del paciente. Por eso, cada niño con riesgo debe ser estudiado y puesto en tratamiento desde tos primeros meses de vida para tratar de detener la marcha alérgica.
Dr Blas Martinez
Especialista en Alergias e Inmunología
Niños y Adultos
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